El coste futuro de los contratos de alquiler operativos de las empresas deberá incluirse en el balance a partir de 2019

14 de enero de 2016
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Tras una década de informes, negociaciones y fuerte lobby por parte de empresas e incluso algunos Gobiernos, el regulador contable internacional va a promulgar hoy una norma que supondrá un aumento de 2,8 billones de dólares (2,5 billones de euros) en la deuda que las sociedades cotizadas del mundo reconocen en sus estados financieros.

A través de esa nueva norma, el Consejo Internacional de Estándares Contables (IASB, por sus siglas en inglés) exigirá que las empresas incluyan en los balances a partir de 2019 el coste futuro de los contratos de alquiler de sus activos operativos.

Por ejemplo, una aerolínea como IAG (dueña de Iberia y British Airways) tendrá que reflejar los compromisos de pago a los dueños de sus aviones (normalmente empresas de leasing) durante los próximos años. Inditex deberá hacer lo mismo con los caseros de sus tiendas por todo el mundo.

Hasta ahora, las compañías sólo pasan por la cuenta de resultados su gasto en arrendamientos del ejercicio, y al final de su memoria incluyen una nota con una estimación de sus pagos futuros.

Adiós a las estimaciones

Según Hans Hoogervorst, presidente de IASB, "el nuevo requerimiento aproxima la contabilidad de alquileres al siglo XXI, acabando con las estimaciones a ojo para determinar estas obligaciones de las empresas, que a veces son muy sustanciales".

Muchos inversores, analistas y agencias de ráting ya incluyen los venideros pagos por alquileres al estudiar la situación financiera de las empresas. Pero en muchas ocasiones, la información proporcionada por éstas no es completa o es difícil de comparar con la de otras firmas, según el IASB.

"El nuevo estándar dará mucha más transparencia a los activos y pasivos por alquileres de las empresas, y mejorará la posibilidad de comparar las compañías que alquilan y aquellas que toman dinero prestado para comprar los activos", explica Hoogervorst. En el caso de España, un análisis de la información que las firmas del índice bursátil Ibex 35 incluyen en sus memorias permite estimar en unos 40.000 millones de euros el valor de los compromisos futuros por alquileres que pasarán a sus balances. Aparecerán en el activo como un derecho de uso de los equipos arrendados, y en el pasivo como deuda con los arrendadores. Esta novedad supondrá una subida de casi el 10% en la deuda de las sociedades del Ibex.

Telefónica es el grupo español más afectado, al tener contratos de alquiler de redes de comunicaciones y otros equipos para los próximos años por más de 10.000 millones de euros, según su informe anual de 2014. El impacto para IAG supera los 5.000 millones de euros, mientras que en el caso de Inditex puede ascender a los 4.500 millones. Cadenas hoteleras deberán aflorar los compromisos de arrendamiento de sus hoteles, que para Meliá rondan los 1.500 millones. La petrolera Repsol, especialmente por el alquiler de barcos de transporte de crudo y gas, engordará su balance en unos 1.300 millones, mientras que la eléctrica Iberdrola afronta rentas futuras por unos 800 millones, especialmente por el uso de terrenos donde ubica parques eólicos.

Los bancos españoles también sufrirán cambios sustanciales en sus balances, especialmente grupos como Santander y BBVA, que alquilan buena parte de sus oficinas y sucursales.

Según un estudio de IASB, los sectores internacionales que ahora tienen más compromisos de alquiler fuera de balance son los de distribución minorista, energía, telecomunicaciones y transporte aéreo.

Cambios en la norma final

Durante el proceso de consulta pública de los diversos borradores de la norma que ha ido pergeñando el Consejo de Estándares Contables durante los últimos diez años, el regulador ha recibido 1.700 cartas con comentarios, principalmente de empresas afectadas por los cambios.

Esa presión ha provocado diversas modificaciones en los detalles del nuevo criterio contable. Por ejemplo, los alquileres por un periodo de menos de un año no deben incluirse en balance. Tampoco los arrendamientos de activos pequeños, como ordenadores o equipamiento de oficina. Y no habrá que reflejar el valor de las opciones de prórroga de los contratos.

Las normas contables de IASB afectan a empresas europeas y de otros continentes, pero no a las estadounidenses, donde su regulador prepara una norma similar.

Fuente: Expansión

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